lunes, 10 de septiembre de 2012

Me guardas en Tus manos



OH Padre Santo, dador de mi salvación
La paz y el gozo han vuelto a mi corazón
Aquello que sobrepasa todo entendimiento
Toma la plenitud de mis pensamientos.

Tu misericordia y soberanía

No cesaron en ninguno de mis días,
En Tus amantes brazos de amor
He encontrado un Dios perdonador.

Descuidando la delicia de mi comunión
Me fui alejando de tu abrigo protector,
Retomando la esclavitud a la que estaba atada
Mis pies se marcharon lejos de Tu Palabra.

Tanto como dijo Salomón
La vanidad se apoderó de mi corazón,
Y como mencionó el Apóstol Pablo
Sin darme cuenta mis convicciones se fueron deslizando.



Comencé a ver las consecuencias de mí andar
Y recordar quien es Dios y donde debía yo de estar,
Ciertamente ese no era mi lugar
Pues, la voluntad de mi Padre mis pies debían tocar.

No sé en que estaba pensando,
Al creer que fuera de Tus manos
Encontraría lo que estaba buscando.

Hoy vuelvo a Ti rendida
Solo pudiendo decir que estoy muy arrepentida.
Perdóname, ya no tengo excusas ni otro a quien culpar
Solo deseo que tengas de mi misericordia
Y poder volver a disfrutar de Tu paz y libertad.
 

Me elevo a Ti siguiendo, del Mediador las huellas,
Con mi pie firme clavado siempre en ellas,
¿Qué más seguro guía en áspero camino podrá haber?

Gracias por amarme tanto
Al dejar Tu ira de lado
Y demostrarme que no apartas la obra de Tus manos.